La vida no es un camino de rosas. Y la mía no ha sido una excepción. Ya os conté algo de mis amores, de mi corazón y de mis secretos en
ESTA entrada hace unos meses. Pasé por encima de ellos, sin entrar en detalles que eran, y siguen siendo, dolorosos para mi. Pero esta no ha sido una semana fácil. Tengo que reconocer que la muerte del actor Cory Monteith me a afectado demasiado. No es que fuese una gran fan, pero una muerte joven duele, y en esas circunstancias más. Y cuando has tocado ese tema desgarra.
Os acordáis que os os conté, que mi amor mas arrebatador, más pasional y el que me ha tenido más atada duró casi 5 años. Y os dije que terminó de forma violenta. Demasiado violenta. Siento que tengo que contar esto, así que allá voy.
A me tenía loca desde que empezamos nuestra relación un frío mes de diciembre. Fue la cosa más tonta del mundo, pero empezó. Poco a poco fuimos creciendo y nos fuimos convirtiendo en adultos. Y si convertirse en adulto no es fácil, imaginaros para una persona que sus padres están separados, que vive con el padrastro (y marido de su madre) que no le aguanta, en un país que no es el tuyo.
Cuando creces te ganas la libertad, y cuando te ganas la libertad te creces. Empiezas a jugar con cosas que no deberías, fiestas y alcohol se mezclan. Muchas veces nos tomamos las cosas a guasa, que es una borrachera?una historia para contar. Pero no,
el alcohol es serio, y es la primera puerta que se abre a un mundo prohibido para los niños. A mi me gusta salir de fiesta, siempre me ha gustado, pero siempre he sabido cuando es el momento de beberme un botellin de agua. Y no quiero decir que alguna vez no haya ido 'en mi punto'. Pero es que en esta vida todo tiene un punto medio. Yo aprendí a quedarme en mis cubatas de vodka o ginebra, aprendí a parar y a disfrutar con todos mis sentidos. Pero hay gente que no sabe, que no tiene fuerza de voluntad o que a lo mejor es demasiado valiente.
Yo soy muy cobarde, y por eso JAMÁS he probado una droga (si quitamos el alcohol y el tabaco, que aunque legales, drogas son). Tengo amigos que '
sus porros no te hacen nada', pero se engañan, porque si que les hacen. Y tengo amigos que las drogas fuertes '
no son nada, son solo para días de fiesta', pero si son algo. Porque empezar es muy fácil, pero dejarlo...dejarlo es casi imposible. A veces es demasiado fácil conseguirla, y todos sabemos de donde sale. Y cuando digo todos, me refiero a padres también. Por eso a mis padres no les gusta que vaya a ese bar, porque ellos saben lo que hay y yo se lo que hay, y aunque les he demostrado que no voy por ahí, por ese camino, muchas veces entiendo su preocupación y me alegra que me lo recuerden. Y porque a fin de cuentas tengo una hermana pequeña a la que
aun le queda por descubrir toda la oscuridad del mundo.
Si los 'padres' de
A hubiesen estado encima de su hijo lo hubiesen visto antes. Y si yo no hubiese confiado tanto en él también lo hubiese visto antes. Me llegaron los rumores, y no los creí, me lo dijeron mis amigas, y pensé que era envidia porque a mi me parecía la relación mas ideal del mundo, sin peleas y con amor;
¿Que mas podía pedir? Hasta que un gran amigo me lo dijo, y no, no fue Edward. Me confirmo que lo había visto, incluso que le había propuesto compartirla,
solo eran unos gramos. Me decidí ha hablar con él. Lo quería con locura y no quería que todo el mundo se enterase, así que quedé con él en nuestra peña, solos. Le dije lo que sabía, me lo negó, una y otra vez. Y ahí me dí cuenta de
dos cosas;
de lo enganchado que estaba, y de que jamás podría confiar en él de la misma forma. Estaba dispuesta a estar a su lado, para siempre, y ayudarle a salir de ello si me prometía que lo intentaba. Me dijo que no le podía pedir eso, que no era nada, que era como si a mi me pedía que no saliese con mis amig@s de fiesta. Le dije lo mucho que lo quería y lo que haría por estar a su lado. El me dijo que
no tenía ni idea del mundo, que no era nadie si no me metía. Empecé a llorar, notaba que lo estaba perdiendo y le di la ultima oportunidad, que eligiese o ella o yo, y si me elegía le ayudaría a seguir adelante sin ella. Me dijo que
no podía elegir y que quien era yo para hacerle hacer esa elección. Tu novia desde hace 5 años, le contesté y le dije que si era incapaz de elegir, elegiría yo por él. Empezó a gritar, a romper cosas, yo era suya decía, y entonces el mono se apoderó de él, porque cuando quise tomar cartas en el asunto,
A estaba demasiado dentro del mundo, demasiado enganchado a
ella. Tuve suerte que apareció Edward, mi ángel salvador, y que no sabía nada, y evito la peor parte de aquella experiencia.
A siguió a lo suyo y empeorando, 4 años después ha entrado en un centro del que no ha salido mas que para un viaje de 3 días controlado.
Lleva casi un año y todos lo echamos de menos, porque esta en Inglaterra, pero sabemos que es lo mejor que le puede pasar. Y nos duele. No es el único en el que he visto los efectos. No es fácil ver ojos desorbitados, bocas tambaleantes y cuerpos en decadencia, pero no puedes hacer nada por aquellos que no están dispuestos a seguir el camino difícil, el de la rendición. Son gente que he visto toda la vida, primos, hermanos, amigos, hijos...pero es que yo he desarrollado demasiado bien el instinto y reconozco los síntomas desde muy lejos. Y es que los más valientes son los que se enfrentan a lo desconocido, pero a veces, lo desconocido es la ruina, y los valientes salen mal parados.
Por eso me ha afectado, por eso entiendo a Lea con su dolor, y por eso estoy tan concienciada de que es un mundo que quiero muy lejos de mi. Aunque inevitablemente se que está enfrente de la puerta de mi casa...