domingo, 17 de marzo de 2013

Como endulzarte un domingo

Nuestra obsesión por los lacasitos no es normal. Bueno, realmente la obsesión de Edward por los lacasitos no es normal. A mi me gustan, bastante. Y cuándo estoy en modo depresión más. Pero Edward es algo exagerado. Se los raciona el mismo porque si sabe que hay lacasitos en casa no para de comer hasta que se acaba la bolsa. He visto amenazar a su prima de 5 años, si le quitaba un lacasito más le mandaría una carta a los Reyes Magos para decirle que había sido una niña muy mala y que no le trajeran ningún regalo, solo carbón. Cruel a la par que efectivo.


Son divertidos con tantos colores, dulces, si mezclas el caramelo que los recubre con el chocolate que va dentro. Te permiten tomar pequeñas cantidades de chocolate. Y además de todo esto, son Aragoneses. Si no os lo creéis  yo os lo cuento. Pertenecen a la producción de la casa chocolatera de LACASA (que también hace unos turrones deliciosos como el praliné de piña) y que tiene su sede un Utebo, Zaragoza. Os  dejo un reportaje de cuándo cumplieron 25 años en 2007 AQUÍ. Yo hice una visita con el cole (desde mi pueblito en Teruel )a los LACASITOS AQUÍ  y nos llenaron de productos (gorras, libretas, mochilas y bolis) y de sustancia buena (Lacasitos en bolsas) aunque defectuosos de forma. 

Creo que desde entonces a Edward lo tienen enganchado. Si os digo que en nuestra Selectividad Edward se sometió a una sobredosis de azúcar, no digo nada. El primer día que se componía de Lengua Castellana, Historia/Filosofía y Lengua extranjera (Inglés en nuestro caso) y teníamos un examen por la mañana y dos por la tarde. Lo que implicaba quedarnos a comer en la Ciudad Universitaria. Hicimos una escapada al Frutos Secos el Rincón (algo muy tipical Aragón (AQUÍ lo podéis ver)que también, que empieza a encontrarse en Madrid y Barcelona ). Cogimos bebidas, patatas, y "mierdas" de las que dicen nuestros padres. Edward no,él se compró una bolsa de lacasitos hasta arriba (más del Kilo pesó) que se zampó en la hora de la comida (el bocata ni lo probó). Así iba luego, entre la coca-cola y los lacasitos. Azucarado perdido. Entre los 3 días de Selectividad se zampó 4 kilos de lacasitos que su madre le había comprado para calmar nervios. Después de eso estuvo todo el verano sin probarlos.

Así que lacasitos para el niño y la niña, pero si son de Edward no se los robeis o morireis en el intento...BESOS!

EDDIE



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