Luego podeis ver mis dos bufandas grises, ambas regalos, una (la de la izquierda) del Natura con hilos plateados y que me da tres vueltas. Una maravilla para los días de cierzo fuerte en esta maldita ciudad. Para refugiarte bien en ella y en tus pensamientos. La otra gris (entre la granate y la azul) realmente es un cuello de lana. Se me ha echo grande con los años, pero le he encontrado el truco despues de pelearme un par de meses con ella y estoy encantada con su nuevo tamaño. Los guantes tienen algo más de historia. Los naranjas llevaban a juego una bufanda a lo Harry Potter como la de la foto, pero que murió. Y es que esos guantes fueron unos reyes cuando solo tenia 13 años.
Los guantes negros cortos son la mar de calentitos con forro polar por dentro y que son perfectos para salir a correr alguna mañana al frio parque y que ayuda a sudar hasta las manos. Una maravilla. Y por ultimo quedan los guantes altos. Llegarón como una necesidad y son una gozada. Por encima del cortavientos, por debajo de la trenca, al rebullón con la cazadora. Son utiles siempre, todos los dias. Cuando me compre una trenca (sesentera total, de la que llevaban mis padres en su infancia-juventud) necesitaba algo que me llegase hasta el codo, porque se me subian las mangas y pasaba fresquibiri. Y ellos fueron la solución. Los encontre en los mercadillos de Independencia de Navidades hará unos 2 años. Quizá 3.
EDDIE
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