Las gentes de Teruel son generosas y abiertas. Dispuestas a darle todo al extraño que se acerca a saludar y marcharse. No esperan nada a cambio salvo el reconocimiento de que son como son porque la Tierra que pisan les ha enseñado a ser así. Aquí veremos como elaboran los embutidos, como curan el jamón con el empuje del cierzo del norte, la dedicación con la que elaboran los dulces en los que todos ponen el alma. Tierra fría, aguas curativas, aire limpio y espíritu caliente.
En Teruel, demasiado corazón siempre les suena a poco... "
Es una de las mejores descripciones que he oído nunca de nuestra tierra, de nuestra gente. Tierras, duras y frías, que nos dan de comer, porque en Teruel, hasta las minas se están olvidando de nosotros. Somos luchadores, por ser capaces de permanecer en una tierra como esta, y los que nos vamos, por obligación, a cumplir nuestros sueños a otro lugar, sufrimos. Sufrimos porque si nosotros, su futuro, nos vamos, cuando muera lo que queda, cuando todo caiga en el olvido, nadie se acordara de esa tierra y de sus gentes, de su corazón y de su alma, de su empeño en sonreír y ser felices siempre. Y como dice la descripción. La tierra que hemos pisado nos ha echo ser así. Y aunque estemos lejos de ella, la llevamos siempre en nuestro corazón. Porque ser de Madrid, de Barcelona o incluso, ser de Zaragoza es fácil. Pero ser de Teruel...hay amigos míos. Ser de Teruel es un regalo del cielo.
EDDIE
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